En esta ocasión os vamos a hablar del sentido propioceptivo. Estad muy atentos a todo lo que os vamos a contar porque seguro que descubriréis cosas fantásticas que alguno que otro no conocía.
Desde pequeños, en la escuela, nos explican que las personas tenemos cinco sentidos: vista, oído, tacto, gusto, olfato. Sin embargo, tenemos dos más que raras veces nos explican. Uno es el vestibular del que ya hablamos el mes pasado y otro y no menos importante el propioceptivo. Este último, es el encargado de aportarnos la información sobre los diferentes segmentos de nuestro cuerpo, las sensaciones de posición, movimiento de las articulaciones, vibración, presión. Es el responsable del desarrollo del esquema corporal, el autocontrol, la autoestima, control de equilibrio.
Así como nuestros ojos u oídos mandan información al cerebro, partes de nuestros músculos y articulaciones sienten la posición del cuerpo y también envían estos mensajes al cerebro.
Un mal desarrollo del sentido propioceptivo puede tener consecuencias como: falta de concentración, ausencia de noción del peligro, mantener la cabeza erguida… Un niño que presente éstas dificultades puede sentirse torpe, frustrado e incluso tener miedo al bajar las escaleras. El sistema propioceptivo se activa a través de actividades tipo “empujar/ arrastrar” por lo que aquellas actividades que involucren peso o presión darán una sensación a menudo calmante y pueden ser útiles para niños que se desorganizan frecuentemente.
A continuación os detallamos algunos ejemplos que pueden ayudar a que un niñ@ sea más consciente de su posición corporal.
– Pedirles que nos ayuden cargando las bolsas del supermercado o las de la basura.
– Empujar carros de compra o cestas, siempre que estos tengan un peso adecuado para ellos.
– Colgarse de una barra es una sensación magnifica para los niños. Además que les suele gustar, es buenísimo para potenciar el sistema propioceptivo. Se puede colocar una barra en el marco de las puertas, con el fin de ofrecerle ésta actividad en la casa.
– Dar masajes suaves durante el cambio de pañal. También frotar sus brazos y piernas para ayudarlo a despertar. Masajear sus manos antes de empezar una actividad motora complicada.
– Arrastrarlo sobre una sábana y luego que arrastre el también la sábana con algo de peso encima.
En definitiva todos los sentidos se deben desarrollar unidos, en conjunto, para que puedan integrarse adecuadamente en el sistema nervioso central. Ninguna es más importante que otro, pero no podemos dejar de conocer y estimular estos sentidos ocultos que tan importantes son en el desarrollo del niño.
Lorena Costa Marí. Coordinadora pedagógica Edupark.